17 de Septiembre 2013

A propósito de la intervención del diputado (FIT) Raúl Godoy en la legislatura neuquina y la “lucha extraparlamentaria de masas”…

O un programa para la intervención revolucionaria en el parlamento subordinada al desarrollo de la lucha extraparlamentaria de masas para destruir al estado burgués con la Revolución Socialista

O fuegos de artificio para esconder un programa socialdemócrata de colaboración de clases

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Más y más votos recuenta el “Frente de Izquierda” de las últimas PASO, donde obtuvieron casi 1 millón de votos de franjas obreras que buscan un camino para luchar, y cada vez más desenfrenado se hace el revisionismo en el marxismo por parte de la dirección del PTS y el PO. Frente al acuerdo con la Chevron votado en la legislatura neuquina y el combate de la vanguardia obrera y juvenil que lo enfrentó en las calles con paros, piquetes y movilizaciones, la dirección del PTS ha presentado como un ejemplo de “parlamentarismo revolucionario” a la intervención del diputado obrero Raúl Godoy. Para el PTS la denuncia de Godoy en la sesión de la Legislatura neuquina de la represión y del acuerdo con Chevron, y la participación de este en las manifestaciones serían un ejemplo de “intervención revolucionaria” y de cómo realizar una “lucha extraparlamentaria de masas”.


Lenin y Trotsky
Denunciar la sesión de una legislatura que funciona custodiada por la policía que reprime, denunciar el acuerdo con la Chevron y luego saltar a la calle para encabezar una movilización junto a organizaciones obreras y estudiantiles combativas es una actitud valiente; pero de ninguna manera se puede hacer pasar como marxismo revolucionario y maquillarla como lo hace la dirección del PTS. Estamos ante un dislate de una dirección que abiertamente exhibe una concepción socialdemócrata, que no hace más que confundir y tirar tierra en los ojos de la vanguardia obrera y juvenil, y de toda la clase trabajadora.

Para los marxistas revolucionarios, la utilización del parlamento burgués y la intervención de los revolucionarios en él, es para tener agitadores allí que faciliten a las amplias masas explotadas la destrucción de esta institución de clase, para quebrarla, destruirla y reemplazarla por nuevos órganos de poder obrero. Para el marxismo revolucionario y para la III Internacional en vida de Lenin y Trotsky, la intervención en los parlamentos estaba subordinada y era un punto de apoyo secundario para el desarrollo de la lucha extraparlamentaria de masas con los métodos de la Revolución Socialista, y esa intervención debe someterse a las tareas y fines de esta lucha extraparlamentaria, o sea a la lucha cotidiana por elevar a las masas a las tareas de la Revolución Socialista. Los revolucionarios entran al parlamento para minar desde su interior la máquina gubernamental y el parlamento mismo, para una agitación revolucionaria desde esa tribuna que llame a agruparse a las masas para una gran lucha revolucionaria que termine por destruir al estado burgués y a sus instituciones como lo es el Parlamento. “No puede discutirse pues acerca de la utilización de las instituciones gubernamentales burguesas, como no sea para lograr su destrucción. Es en este sentido y únicamente en éste, que la cuestión puede plantearse.” (III Internacional, Segundo Congreso, “El Partido Comunista y el parlamentarismo”, Tesis 6).

Ninguno de estos principios es respetado por la dirección del PTS y el “Frente de Izquierda”. Su concepción es socialdemócrata, pues dicen que “combinando bancas parlamentarias con la lucha en las calles” se conquistarán las demandas de los trabajadores.
Así lo plantea el PTS en su editorial de LVO nº 536 del 29 de agosto: “El FIT redoblará los esfuerzos hacia octubre para conquistar una bancada obrera y socialista. Para pelear por estas medidas y para desde esas bancas convocar a las organizaciones obreras, populares y de la juventud a la más amplia lucha extraparlamentaria para imponerlas.”
Esta es la posición calcada de la socialdemocracia. Posición criticada implacablemente por la III Internacional que en sus tesis sobre el parlamentarismo ponía como fundamento “Surge así clara la diferencia entre la táctica de los comunistas que concurren al Parlamento para fines revolucionarios y la del parlamentarismo socialista, que parte del reconocimiento de la estabilidad relativa y de la duración indefinida del régimen. El parlamentarismo socialista se da como tarea el obtener reformas a cualquier precio, le interesa que cada conquista sea anotada por las masas en su cuenta”. Cabe aclarar que previamente en los fundamentos de estas tesis se define que “Para los comunistas el Parlamento no puede ser en ningún caso el campo de una lucha por las reformas y por el mejoramiento de la situación de la clase obrera, como en ciertos momentos de la época anterior (en el siglo XIX previamente al surgimiento de la época imperialista, N. de R.)”. (III Internacional, Segundo Congreso, “El Partido Comunista y el parlamentarismo”).
Para la dirección del PTS estaríamos en una época de “estabilidad relativa” y de “duración indefinida del régimen” burgués, dónde se pueden obtener demandas y medidas a favor de los trabajadores presionando a estas instituciones, como lo hacía la socialdemocracia en el siglo XIX que, mientras el capitalismo se desarrollaba, arrancaba conquistas a favor de los trabajadores. Un siglo después, a comienzos del siglo XXI en la época de decadencia de las fuerzas productivas dominadas por el capitalismo imperialista, donde ya no hay lugar para las reformas y concesiones a las masas, y se redobla a niveles inauditos el sojuzgamiento de las naciones, copiar la concepción de la socialdemocracia alemana es caer en el más vulgar reformismo. Y esto se demostró una vez más, lamentablemente para las masas, en la legislatura neuquina que funciona como una escribanía de los testaferros de Wall Street.

Raúl Godoy en la legislatura, lamentablemente actuó como un parlamentario socialdemócrata, creyendo en la “duración indefinida” del régimen burgués parlamentario, y no denunciando el carácter bonapartista y proimperialista del régimen de la Constitución de 1853-1994 que le entrega la nación a los piratas de Wall Street, que tienen al negocio de la asociación entre Chevron e YPF como uno más del conjunto de negocios con los que expolian a la nación. Godoy afirmaba desde su banca: “Nosotros estamos por la renacionalización de los recursos naturales y que bajo gestión obrera se pongan al servicio de un plan de obras públicas y de la comunidad y para una explotación racional que respete el medioambiente y los derechos de los pueblos originarios. Con ese programa asumimos en la banca, pero también hemos dicho que no sólo lo vamos a levantar acá sino que vamos a defenderlo en la calle(Intervención oral de Raúl Godoy en la Legislatura neuquina, 28-8). Queda claro que no llama a derrotar a esta legislatura de políticos sirvientes de Wall Street, institución clave que garantiza el saqueo del petróleo y el gas del yacimiento de Vaca Muerta (Neuquén).  

El programa de Godoy y la dirección del PTS fue el de presionar a la Legislatura neuquina para que no firme el acuerdo de la Chevron-YPF, es decir presión para que las instituciones burguesas voten a favor de los intereses de los trabajadores y el pueblo. Para ello integró el “Bloque parlamentario opositor” policlasista.
Por esta política de presión sobre las instituciones del estado burgués, el “Frente de Izquierda” desde su banca no llamó a romper con la burguesía para conquistar la necesaria independencia política y mucho menos llamó a preparar y organizar una Huelga General Revolucionaria con un Congreso Provincial de delegados de base de todos los trabajadores, como primeros pasos para poner los organismos de autoorganización y poder obrero para enfrentar a las instituciones del régimen infame de la Constitución de 1853-1994.  Todo lo contrario, el centro de su programa de acción estuvo centrado en integrar el Bloque Opositor Parlamentario con los gorilas de la UCR: Alejandro Vidal y Eduardo Benitez; la CC-ARI: Beatriz Kreitman;  populistas burgueses de Libre del Sur: Jesús Escobar; los ex-burócratas de la CTA y miembros de la UNE: Raúl Dubrusín y Marcelo Marcote. O sea una multisectorial parlamentaria policlasista. “Anti Fracking”.  Por mas que ahora quieran ocultar semejante programa oportunista, esta es la política de acción del FIT extraída de la vieja socialdemocracia y su alumnos Stalin , Mao Tse Tung y los hermanos Castro. ¿Esta es la versión argentina de ”la vía pacífica al socialismo”? .    
 
El diputado Godoy denunció la represión, como también lo hicieron dirigentes burgueses “opositores”… pero dicha denuncia la hizo como un demócrata vulgar, pues de lo contrario hubiera reivindicado el legítimo derecho de los trabajadores y estudiantes a defenderse de esa salvaje represión a cuenta de los yanquis y Wall Street, ni llamó a poner en pie un comité de autodefensa único de las organizaciones obreras y estudiantiles que se manifestaban.  Tampoco llamó a disolver a la policía asesina que masacró a Fuentealba y Teresa Rodríguez.  Por ello ahora que el estado provincial con los servicios de inteligencia y la justicia pagada por la Chevrón investiga con filmaciones en mano, a los luchadores estatales y de la juventud, con el fiscal Patti a la cabeza; el diputado Godoy y todos los dirigentes del FIT neuquino desmienten su participación en la revuelta anti imperialista frente a la Legislatura. Dejando a la vanguardia expuesta ante el estado represor. Lo que demuestra que ni siquiera son demócratas consecuentes.- 

El PTS en realidad levanta una política opuesta a la del marxismo y su llamado a la lucha revolucionaria extraparlamentaria de masas. El acuerdo con Chevron votado en la legislatura neuquina demuestra a la clase obrera que en ese recinto de conspiradores y hambreadores del pueblo, las bancas utilizadas por las corrientes de izquierda no pueden detener las decisiones ya tomadas, desde las 8 manzanas de Wall Street, por los parásitos capitalistas dueños del mundo. Los alegatos esgrimidos por el diputado Godoy, no pudieron frenar el acuerdo de YPF-Chevron.
Es que a Chevron y a Wall Street sólo se los puede expulsar de Argentina y América Latina con una lucha revolucionaria de la clase obrera acaudillando a las masas explotadas, peleando como en el Cordobazo, como en el 2001 (con barricadas, piquetes, movilizaciones, asambleas populares), con los métodos de la Revolución Socialista, expropiando a los expropiadores. Esa Legislatura nada bueno puede darle a los trabajadores y había que denunciar no sólo el contexto de la represión sino su carácter de clase, una cueva de bandidos de los partidos patronales agentes de Wall Street, y llamar a los explotados a enfrentarla y a poner en pie los organismos de autoorganización y poder obrero que se antepongan a esa reaccionaria institución patronal, luchando por la Revolución Socialista.
Esto sí sería llamar a la lucha revolucionaria extraparlamentaria de masas… lo de Godoy dejando la bandera yanqui y luego participar de las movilizaciones fuera de la Legislatura, son en realidad “fuegos de artificio” del PTS para simular y vestirse de “rrrrojo” para esconder su verdadera política reformista de colaboración de clases a los pies de la legislatura.

A un parlamentario revolucionario no lo define sólo si participa de tal o cual movilización, sino su programa revolucionario agitado como un verdadero tribuno del pueblo. Por ejemplo, el diputado Facundo Moyano de la burocracia sindical de la CGT y del Frente para la Victoria –hijo menor de Hugo Moyano - encabezó y fue parte del palco del último Paro General del 20 de noviembre de 2012… ¡pero nadie afirmaría por eso que Facundo Moyano es un parlamentario revolucionario por haber participado de una movilización! “Pino” Solanas, participó –al igual que los demás parlamentarios del Bloque opositor neuquino- de la movilización en Neuquén y nadie sensato considera que este diputado burgués por haber participado de una movilización haya desarrollado una “lucha extraparlamentaria de masas” con su política ecologista “antifracking”.  

Lo que define a un parlamentario revolucionario es el programa que levanta y su actitud frente al estado burgués. El PTS no debe ofenderse si decimos que son reformistas, porque hace tiempo rompieron con todas las tradiciones y enseñanzas de los parlamentarios revolucionarios de la Izquierda de Zimerwald, la III Internacional de Lenin y Trotsky, y la Oposición de Izquierda. El marxismo revolucionario conoce intervenciones revolucionarias en los parlamentos burgueses como la de Karl Liebcknecht, que ante el inicio de la I Guerra Mundial rompió con la socialdemocracia alemana que votaba a favor de los créditos de guerra y llevaba a la clase obrera a los campos de batallas a enfrentarse entre sí para defender los intereses de su propia burguesía. Karl Liebcknecht sin dudar a llamó a la clase obrera a dar vuelta el fúsil, a enfrentar a su propia burguesía con la Revolución Socialista para detener la guerra con la consigna “El enemigo está encasa”. También está el ejemplo de los parlamentarios chilenos como Emilio Zapata, militante de la Izquierda Comunista, la sección chilena de la Oposición de Izquierda Internacional dirigida por Trotsky en los `30, que denunciaban implacablemente la explotación de los capitalistas y llamaban a destruir todas sus instituciones con la Revolución Socialista.
 
La política de “lucha extraparlamentaria” del PTS es en realidad fuegos de artificio, es decir acciones de “impacto propagandístico” sobre la vanguardia para hacer campaña electoral. Es una política opuesta a la lucha por la autoorganización de la clase obrera, al verdadero clasismo y la independencia de clase y  la unidad de las organizaciones de clase para la lucha extraparlamentaria de masas, es decir para la lucha por la Revolución Socialista. Por ello impulsa cortes de ruta o de calles aislados, con pequeñas delegaciones, o encuentros “de trabajadores” a los que sólo van sus militantes…
Después de una semana de los acontecimientos cuando la vanguardia obrera y juvenil estaba en la calle, el diputado Godoy en una entrevista que le hace su propio partido y es publicada en la página web del PTS, llama a “ganarse a los petroleros” y a “unir” a los trabajadores, pero no propone una fecha de reunión inmediata de las organizaciones obreras y estudiantiles que se manifestaron el 28 y 29 de agosto en repudio al acuerdo con Chevron. Y lamentablemente, no levantó este programa cuando las fuerzas de la vanguardia obrera y juvenil, apoyada por amplias capas de la clase obrera y el pueblo, estaban en las calles.
En esa misma entrevista Godoy afirma “Nuestro horizonte estratégico es superar las resistencias parciales y poner como objetivo terminar con este régimen de las petroleras, con la sumisión al imperialismo y avanzar en la conquista de nuestros derechos”. Va quedando cada vez más claro que la dirección del PTS ha abrazado la estrategia del stalinismo que desenmascarara Trotsky en su libro “¿Adónde va Francia?” cuando citaba la tesis del Partido Comunista: “Combatiendo cada día para aliviar a las masas laboriosas de las miserias que les impone el régimen capitalista, los comunistas subrayan que la liberación definitiva no puede ser lograda más que por la abolición del régimen capitalista y la instauración de la dictadura del proletariado”. A esta fórmula que dejaba la lucha por la revolución socialista, es decir por el poder y la dictadura del proletariado, para un futuro lejano o para un “horizonte estratégico”, Trotsky, le oponía “La fórmula política marxista, en realidad, debe ser la siguiente: Explicando todos los días a las masas que el capitalismo burgués en putrefacción no deja lugar, no ya para el mejoramiento de su situación, sino incluso para el mantenimiento del nivel de miseria habitual; planteando abiertamente ante las masas la tarea de la revolución socialista como la tarea inmediata de nuestros días; movilizando a los obreros para la toma del poder; defendiendo a las organizaciones obreras por medio de las milicias, los comunistas (o socialistas) no pierden, al mismo tiempo, ni una sola ocasión de arrancar al enemigo, en el camino, tal o cual concesión parcial o por lo menos impedirle rebajar aún más el nivel de vida de los obreros” (“Una vez más ¿Adónde va Francia? – Los despojos del reformismo haciendo las veces de programa revolucionario”, León Trotsky, fines de marzo de 1935, páginas 69 y 70 Editorial Antídoto).

Para nada el PTS quiere poner a disposición la campaña electoral al servicio de la autoorganización de la clase obrera llamando a un Congreso de delegados de base, de trabajadores ocupados, contratados, desocupados y estudiantes combativos para preparar una gran lucha contra la burocracia, el gobierno de la Kirchner y el MPN, el régimen infame y las transnacionales de Wall Street. La política del PTS no hace más que cerrar el camino a la Huelga General y sólo recrean expectativas de que “con la izquierda en el congreso” se pueden resolver los problemas de los trabajadores. Y por otro lado prostituyen la conciencia de la vanguardia y los sectores mas avanzados de los explotados, haciéndoles creer que existen burgueses progresistas y anti imperialistas como los “opositores” neuquinos.  Esto se opone por el vértice a los que planteaba la III Internacional: “La campaña electoral debe ser dirigida, no a la obtención de la mayor cantidad posible de representaciones parlamentarias, sino hacia la movilización de las masas en torno a las consignas de la revolución proletaria”. (Segundo Congreso, “El Partido Comunista y el parlamentarismo”, Tesis 14).

La política de la dirección del PTS es, como ellos mismos reivindican, la de Gramsci (un fervoroso militante del stalinismo), la de crear “contrapoder” ganando espacios en el régimen, conquistando algunas comisiones internas, puestos en los centros de estudiantes, alguna bancas parlamentarias, un canal de televisión propio, etc. Demuestran así no utilizar la tribuna electoral para llamar a demoler el estado burgués con la Revolución Socialista. “Los Parlamentos burgueses, por ser una parte importante de la máquina gubernamental, no pueden ser conquistados por el proletariado, hasta tanto no lo sea el estado en general. La tarea principal del proletariado consiste en hacer saltar la máquina gubernamental de la burguesía, y destruirla, incluida la institución parlamentaria, ya sea de las Repúblicas o de las monarquías constitucionales” (III Internacional, Segundo Congreso, “El Partido Comunista y el parlamentarismo”, Tesis 4). El PTS disimula tras sus “fuegos de artificio” su desbarranque socialdemócrata. Ha devenido en una versión caricaturesca y desgastada del MAS de los ´80. Esconden así que son enemigos del surgimiento de los soviets, de la autoorganización de masas, de la independencia de clase y del doble poder armado para demoler al estado burgués; y por lo tanto no están por la lucha extraparlamentaria de masas.

Quique Negro y Anibal Vera
Por el Comité Redactor
de Democracia Obrera

 

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